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“REPRIMIR LA DINÁMICA DE LA NATURALEZA ES GENERAR CONDICIONES PARA LOS DESASTRES”, GUSTAVO WILCHES

Expertos y defensores del ambientalismo se reunieron en el Edificio de Ciencia y Tecnología de la Facultad para exponer los once puntos que consideran claves para crear una simbiosis entre desarrollo y medioambiente. De los once puntos expuestos ante la audiencia destacan el de una educación basada en el diálogo de saberes, respeto a los elementos de la naturaleza, paz ligada a la paz con los ecosistemas y el de transformar la relación entre la Colombia urbana y la rural.

Gustavo Wilches Chaux, experto en gestión de riesgo de desastres y parte del equipo que presentó las iniciativas, resaltó que los seres humanos deben concientizarse de que los elementos de la naturaleza, como los ríos, la biodiversidad, el clima o el agua, no son objetos alrededor de los cuales los humanos negociamos sino que son seres vivos que forman parte integral de los territorios mucho antes de que llegáramos los seres humanos y con los cuales tenemos que “concertar por las buenas para evitar que tengan que manifestarse por las malas”.

“Cada vez que se habla de un desastre natural en realidad no es natural, es que esos elementos de la naturaleza están ‘protestando’ por la manera en que los seres humanos hemos venido ejecutando el desarrollo sin tenerlos en cuenta. Este es un punto fundamental, todo eso apunta a que haga nuestros territorios más resilientes y más fuertes frente a las dinámicas de la exacerbación de la variabilidad climática, del cambio climático y a otra serie de dinámicas que siempre han estado aquí pero que ahora las estamos viendo muy presentes”, expresó.

TECNOLOGÍA AMIGABLE, PAZ Y DIÁLOGO

Para Wilches la tecnología humana no puede superar, aplastar o dominar todas esas dinámicas naturales, por el contrario, la tecnología y la ciencia deben ayudar a convivir con esas dinámicas y permitir a los ríos a ejercer su derecho a fluir, su derecho a expandirse en temporadas de lluvias, su derecho a ser absorbido por el suelo,… porque reprimir la dinámica de la naturaleza es generar condiciones para los desastres.

Ligados entre ellos, otros dos puntos que resaltan sobre las demás iniciativas son el de que la paz entre los seres humanos solo es posible si se logra la paz con los ecosistemas y el relacionado con la necesidad de transformar las relaciones entre la Colombia urbana y la Colombia rural “para hacerlas más recíprocas, más solidarias, más equitativas, y sobretodo que las comunidades campesinas, las poblaciones indígenas, las comunidades étnicas tengan la posibilidad de ser campesinos y no tengan que renunciar a su ruralidad y a su identidad para poder acceder a los derechos fundamentales”.

“Este modelo de desarrollo que existe, desafortunadamente a los jóvenes del campo les ofrece nomás la guerra y lo que buscamos con estos puntos es que haya oportunidades de calidad de vida para el campo, que el campesino pueda ser campesino y con muy buena calidad sin tener que renunciar a eso. Siempre cito a Jorge Velosa: ‘Que vivan los campesinos y que los dejen vivir, que el campo sin campesinos existe sin existir’”, afirmó el ambientalista.

Finalmente, aunque no menos importante, la apuesta por una educación basada en el diálogo de saberes, en donde confluyan todos los saberes de la academia, de la ciencia, de los institutos de investigación y otros actores. “Sería muy beneficioso que comience a establecerse un diálogo entre toda esta comunidad científica y las comunidades tradicionales, que tienen unos enormes saberes acumulados a través de muchas generaciones y que es a partir de los diálogos entre esos saberes que podemos construir un conocimiento verdaderamente pertinente, útil y sobretodo accesible para la gente”, concluyó Wilches.